En València desde 2013, durante cuatro años Daphne y Wouter llevaron un pequeño hotel en la zona de Cánovas, pero su sueño era empezar de cero y crear un alojamiento propio donde todo encajaba. Después de una búsqueda extensa encontraron el sitio perfecto en 2017, una finca abandonada en Russafa. Entrar en la antigua lavandería y pasar por las viviendas era como retroceder en el tiempo.
En verano de 2021 han podido abrir su sueño. Un hotel hecho realidad con con profesionales locales: Estudio Savage hizo el branding; la arquitecta es Irene Soriano de ESEIESA; y Juanjo Pico y Jorge Soriano se ocuparon del diseño interior. En un espacio que a partir de su viejo uso se convierte en una sucesión de estancias con sensación de hogar.